20 diciembre, 2007

No al tráfico de órganos, práctica inmoral que explota el ser humano”

ASIA/FILIPINAS

Los Obispos: “No al tráfico de órganos, práctica inmoral que explota el ser humano”

Manila (Agencia Fides) - En vista de Navidad, los Obispos filipinos han lanzado un fuerte llamamiento para exorcizar el dramático fenómeno del tráfico de órganos, “práctica inmoral que explota el ser humano” y menoscaba profundamente la dignidad con un objetivo de lucro económico.

La Conferencia Episcopal ha intervenido para buscar de llamar la atención sobre una plaga que se difunde siempre más en Filipinas: la venta de órganos y el relativo tráfico realizado por bandas organizadas se ha vuelto “el último recurso” para las familias pobres, para hombres y mujeres endeudados, que venden un riñón.

Asimismo, el fenómeno está en mano de la criminalidad organizada que no duda a raptar y matar a chicos de la calle, personas sin techo, personas comunes, por la necesidad del tráfico de órganos vitales. Según cálculos internacionales, las Filipinas está entre los países en el mundo en donde éste fenómeno está más difundido: en la nación se realizan entre 200 y 400 explantes al día.

La Comisión de Justicia y Paz de la Conferencia Episcopal ha lanzado una alarma. “El tráfico de órganos no tiene nada que ver con la caridad, el altruísmo, la compasión y el amor. Es sólo una especie de autotutela, instigada por la sed de riqueza”. La Comisión ha reconocido que “la venta de riñones ya está silenciosa y largamente difundida en las comunidades pobres de las áreas urbanas”, a beneficio de los pacientes europeos o de los países ricos, a un costo medio de alrededor de 50 mil dólares.

Los Obispos han condenado a los traficantes que propagan la venta de riñones a personas que se encuentran en dificultad económicas, alentándolas con un fácil enriquecimiento, recordando que de este modo las familias no llegan a salir de la pobreza. Además las condiciones de salud del donador, a menudo empeoran y la situación de las familias se agrava. “El cuerpo no es un objeto, sino un don de Dios”, han afirmado los Obispos, insistiendo sobre la dignidad de la persona humana en su totalidad, hecha de cuerpo y alma.

Los obispos que han pedido al gobierno adoptar una legislación que controle y castigue severamente el tráfico de órganos. (PA) (Agencia Fides 18/12/2007

04 diciembre, 2007

El crimen del comercio del cuerpo humano

Publicado el 29/11/2007, por

El riñón es un bien cada vez más preciado en los países ricos. La escasez de órganos para trasplantar ha propiciado el desarrollo de un mercado negro de compraventa que, para algunos, debería legalizarse para ajustar mejor la oferta y la demanda.

Las transacciones comerciales dirigen el diálogo mundial. Todo, o casi todo, es susceptible de compraventa y los precios están definidos por la ley de la oferta y la demanda, por la que también se rigen los trasplantes de órganos. En el momento actual el desequilibrio es tan acusado (las necesidades de órganos son muy superiores a la oferta) que ha proliferado un mercado negro que cuenta con la connivencia de numerosos países de todos los continentes.

El 10% de los trasplantes renales se hacen en el hampa del tráfico de órganos, en el que los riñones son la mercancía más demandada. La realidad es contundente: en el mundo, hay más de un millón y medio de personas sometidas a diálisis porque sus riñones no funcionan, de las que un millón muere. Casi todas podrían curarse con un trasplante renal, una solución que apenas reciben 65.000 enfermos en el mundo cada año.

Según Rafael Matesanz, director de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), "la demanda es tan brutal que genera propuestas exóticas o rompedoras". Una de las más repetidas es la de legalizar la compraventa de órganos, y que cada vez cuenta con más apoyos en Estados Unidos. Hace unos días, The Wall Street Journal publicaba la del cirujano Arthur Matas, de la Universidad de Minnesota, de crear un mercado legal de riñones procedente de donantes vivos, ya que "aumentaría la fuente de estos órganos y mejoraría la calidad de vida tanto del enfermo como del donante". La situación en Estados Unidos es crítica, y "les estoy diciendo a mis enfermos que tienen que esperar hasta seis años para recibir un trasplante", asegura Matas.

Nuevos mercados
El trámite puede ser mucho más rápido recurriendo al llamado turismo de trasplantes (que no es otra cosa que el tráfico de órganos), que comenzó en India, a finales de la década de 1980, pero que se está desplazando a otras partes del mundo. Actualmente, Pakistán es líder mundial en venta de riñones, aunque Filipinas está emergiendo con fuerza, un país hacia el que se dirige, sobre todo, Japón. Otros grandes mercados de compraventa de riñones son Egipto, Turquia, China, Irán, Colombia y algunos países africanos.

¿De dónde procede la mercancía que se oferta en esos mercados? Principalmente de personas con escasos recursos económicos, que "reciben una media de 500 o mil dólares por uno de sus riñones", indica Matesanz, "aunque en los países más pobres el precio puede caer hasta poco más de cien dólares". Sin embargo, los compradores pagan por ese mismo riñón hasta 100.00o dólares. Internet también se ha convertido en un escaparate de compraventa de órganos, y es relativamente fácil encontrar vendedores a cambio de discretas cantidades de dinero o trabajo. Para Rafael Matesanz "esto es un retroceso dentro de la evolución de la Humanidad. En estos momentos, autorizar que los te tengan dinero le quiten un riñón a los pobres, me parece terrible".

Pero no todos los países manifiestan los mismos escrúpulos. Así, Israel, donde las creencias religiosas impiden la donación a la mayor parte de los ciudadanos, es el mayor cliente de órganos procedentes de prácticas cuanto menos dudosas. "Hasta que estalló la primera Guerra del Golfo, en 1991, los israelíes acudían a Irak a trasplantarse. Después han acudido a Estambul, El Cairo y ahora está cogiendo fuerza Filipinas", explica el director de la ONT. ¿Cuánto tiene que pagar el enfermo por su nuevo riñón? Nada: el sistema sanitario de Israel le reembolsa el dinero. Además, otros países quieren tener entre sus clientes a Israel. Así, una clínica de la ciudad colombiana de Medellín oferta a través de Internet cualquier órgano (riñón, corazón, pulmón e hígado) a los ciudadanos israelíes, una práctica que se realiza impunemente ante la atónita mirada del gobierno colombiano. La razón es que en este país son los jueces los que dictaminan que por encima de todo prevalece el derecho del paciente a ser trasplantado. Así, las listas de espera para trasplante en Colombia, (donde los órganos proceden de cadáveres) priorizan a los israelíes sobre los colombianos sin que las autoridades puedan hacer nada, ya que prima la decisión judicial.

Otra potencia mundial en el tráfico de órganos es China, que oferta los órganos extraídos a los ejecutados. Según Stephen Wigmore, del comité de ética de la Sociedad Británica de Trasplantes, algunos prisioneros son seleccionados antes de la ejecución para verificar que sus órganos sean compatibles con un pacientes. Incluso hay hospitales chinos que dan un plazo de dos semanas para obtener un hígado, una práctica que las autoridades de este país no han negado. Según Matesanz, "China realiza más de 6.000 trasplantes al año", aunque matiza que "parece que existe una voluntad política de eliminar estas prácticas".

La OMS ha decidido intervenir para frenar este mercado de órganos y ha creado el Registro Mundial de Trasplantes, diseñado y desarrollado por la ONT.

La búsqueda de nuevos órganos
El futuro no hace presagiar que la escasez de órganos se vaya a solucionar, por eso los científicos buscan soluciones desesperadamente. Una de las que centraron mayor número de trabajos hace unos años era el trasplante de órganos procedentes de animales (xenotrasplante), una vía que quedó relegada a un segundo plano cuando surgieron las crisis de las vacas locas, del virus del Ébola y el sida. El cerdo era el principal candidato a ser suministrador de órganos para el hombre, pero el hallazgo de un retrovirus de este animal que hipotéticamente podía infectar a las personas llevó a muchos a abandonar esta línea de trabajo. Ahora, ha vuelto a resurgir el interés bajo la justificación de que la insulina que durante muchos años han utilizado los diabéticos tenía un origen porcino.

Otra hipótesis es la de aprovechar el desarrollo tecnológico para desarrollar riñones artificiales, una propuesta que los expertos desestiman por ser este un órgano muy complejo, encargado de la filtración de fluidos humanos y la producción de hormonas.

Ante este panorama tan poco alentador, surge una nueva esperanza, la de las células madre, que para algunos puede ser una fuente para generar nuevos órganos. Un potencial que no todos comparten.